Aterricé en el Aeropuerto Noi Bai de Hanói a las 23:30 horas después de casi 40 horas de viaje y dos escalas. Estaba agotado pero al mismo tiempo emocionado y con altas expectativas. Comenzaba el viaje más largo de mi vida, con una duración de casi 80 días y tenía muchos sentimientos encontrados, resumidos en incertidumbre.



Hanói parecía ser la entrada perfecta a un país que había sufrido mucho en los últimos 50 años y del cual había leído muchísimo. Su historia, sus líderes y sus constantes cambios en años recientes me parecían fascinantes y mis ganas de aprender mucho de una nación y un pueblo tan dolido eran enormes. En mi traslado del aeropuerto al hotel no pude ver mucho, había muy poca circulación de vehículos a esa hora y el tránsito de locales era prácticamente nulo.



Hanói, es la capital de Vietnam y la antigua capital de la Indochina Francesa (conformada en aquel tiempo, por lo que actualmente es Camboya, Laos y Vietnam). Tiene casi 8 millones de habitantes y se distingue por ser una de las ciudades más caóticas de la región, especialmente por sus mercados y sus miles de motocicletas.



Los próximos 3 días me dedique a recorrer la ciudad a pie, visitando casi todos los lugares de interés además de transitar por sus polémicos mercados y zonas poco exploradas por el turista.



En Hanói, aunque sea un día es obligatorio madrugar, la mayoría de los hoteles están ubicados cerca de la Opera de Hanói y el Lago Hoam Kiem, desde donde se puede caminar fácilmente hasta el “barrio viejo” para vivir las mañanas en la ciudad como un verdadero local. Al amanecer, se puede disfrutar de la autenticidad de Hanói y observar como los comercios, las miles de motocicletas, los tianguis y los vendedores ambulantes invaden las calles de la ciudad. Me pareció un verdadero espectáculo que pocos turistas hacen. El recorrido que más vale la pena a esta hora es ver los alrededores del Lago Hoam Kiem y después callejonear hasta el Mercado Dong Xuan (esta caminata fue mi favorita en Hanói).



El Mercado Dong Xuan es un auténtico caos (el único que recomiendo visitar en la ciudad) por lo que vale la pena darse una vuelta.
 
En la cercanía del Lago Hoam Kiem (la misma zona antigua de Hanói) se encuentran varios atractivos que recomiendo visitar a pie desde su hotel o desde el mismo lago. La opera de la ciudad es muy bonita y se encuentra cerca del Hotel Metropol (probablemente el más clásico de Hanói y uno de los mas lujosos). La arquitectura europea de la opera te remontará a la época de esplendor de la colonia cuando Vietnam pertenecía a la Indochina Francesa.



En una isla a la mitad del lago se encuentra el Templo Ngoc Son, con su característico puente rojo (estilo japonés). También vale mucho la pena visitarlo.



Alrededor del lago, podrás encontrar muchos bares y restaurantes de prestigio, algunos de comida local y otros internacional y existe una amplia oferta de todos los precios. Recomiendo los restaurantes Cau Go (un clásico) y los RedBean (ubicados en el último piso de los hoteles de la concurrida cadena: «La Siesta»).



Como lo comente al principio, Hanói es una ciudad para caminarla y aunque a veces las distancias no son tan cortas, aprendes muchísimo de la ciudad en el camino y vale la pena hacerlo de esta manera. En su segundo día recomiendo salir temprano hacia el Mausoleo de Ho Chi Minh y la Plaza Bai Dinh. Es importante no parar mucho en el camino ya que regresarán por las mismas calles y es importante llegar temprano al monumento principal de la ciudad que solo abre de 7:30am a 11:00am y permanece cerrado lunes y viernes. Este es el Mausoleo de Ho Chi Minh, donde se encuentra el cuerpo embalsamado del líder más emblemático del país, «Nguyên Sinh Sac», apodado y conocido mundialmente como Ho Chi Minh (que tiene como significado “el portador de la luz”).



Cerca de ahí, se encuentra el Templo de la Literatura que vale mucho la pena visitar.



Después de visitar el mausoleo, pueden entrar a la Casa de Ho Chi Minh y museos, y también al Palacio Presidencial, ubicados en la misma explanada que el mausoleo.



Dentro de la misma área, se encuentran la mayor parte de las embajadas y edificios administrativos del país, es una zona bonita para caminar unas horas.



Más tarde, recomendamos caminar a la Pagoda Tran Quoc, posiblemente la más visitada de la ciudad por su belleza y ubicación entre dos grandes lagos, el Hô Tây (Lago Oeste) y el Truc Bach. En su recorrido desde la Plaza Bai Dinh, pasaran también por el Templo Quan Thanh que recomendamos visitar si van bien de tiempo.



En su camino de regreso, les recomiendo un último highlight con el que me divertí muchísimo. La capital de Vietnam es una de las únicas ciudades por las que la vía del tren pasa entre las viviendas a tan solo centímetros (ya que en muchos puntos no llega ni al metro) y esto se ha convertido en uno de los atractivos más visitados en Hanói.



Varias casas se transforman en bares y cafeterías a las horas que pasa el tren (19:00 horas de lunes a viernes y además a las 15:30 horas en fin de semana). Las mejores intersecciones las pueden fácilmente encontrar en su aplicación de viaje, ya sea google maps o maps.me (calles Le Duan y Hai Ba Trung / calles Lan Phu y Ly Nam De).



Hanói es una ciudad diferente y se reconoce por ser una de las más auténticas de todo el Sudeste Asiático. A mi verdaderamente me encanto, me enamore de su gente, principalmente de su amabilidad y bondad, de sus monumentos y su arquitectura, de su historia, de sus millones de motos y de sus calles infestadas durante todo el día. Definitivamente, una parada imperdible si vas a visitar esta región del mundo.



Por Santiago Maciel Cámara | 09 de Mayo, 2018