La historia de la religión en este pequeño país euroasiático; Armenia, esta íntimamente ligada con su cultura y tradición. La historia comienza mucho antes de la formación de la nación conocida como Armenia. Situada a las faldas del Monte Ararat, donde se dice encalló el Arca de Noé. Se formo por mucho tiempo un ambiente de misticismo y fervor religioso. En los años siguientes, la región fue asediada por incursiones de facciones persas y macedonias que contribuyeron al bagaje cultural tan rico que posee la región. Los años pasaron y el paganismo tuvo una presencia muy importante en los primeros reinos que se formaban en la zona. El Rey Tigranes II fue participe del apogeo de esta civilización y consolido el poder en la región del bajo Cáucaso. Al entrar en contacto con los romanos el Reino de Armenia se convirtió en una provincia más del imperio y se acoplo bastante bien a sus tradiciones, pero sobre todo a su religión.



Al encontrarse en un territorio focal entre el creciente Imperio Romano y los grandes imperios de oriente, los conflictos fueron inevitables y afectaron gravemente a la región. No fue hasta el año 387 D.C. que el reino se separó entre la facción romana y la facción persa. Aunque el reino se divide, y eventualmente se independizan, la cultura armenia sigue muy arraigada en la personalidad de todos los armenios. Al margen de los procesos bélicos y políticos, la religión siempre ha representado la historia de un pueblo que se diferencia en muchos aspectos de los demás habitantes de la región y que forma una fascinante cultura con una historia sumamente compleja e interesante.

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Los primeros evangelizadores llegaron a la región que hoy conocemos como Armenia entre los años 40 y 60 D.C. Los apóstoles, seguidores de Jesús de Nazaret, Bartolomé y San Judas Tadeo fomentaron la religión en la zona convirtiendo a muchas personas, sin embargo, la fuerte presencia de gobiernos paganos y su imposición en la religión no permitieron la formación de una comunidad sólida. En este contexto aparece la figura de San Gregorio el Iluminador, fundador de la Iglesia Armenia. San Gregorio era hijo de nobles de la Dinastía Parto-Armenia. Su padre al tener una disputa con el rey en curso lo asesina y trae la ruina sobre su familia. Sus descendientes son obligados a huir con San Gregorio asentándose finalmente en Capadocia; ahí recibe educación de misioneros católicos y al cumplir la mayoría de edad pide ser enviado a su tierra natal para su total evangelización. Al llegar de regreso a su patria, es capturado por el Rey Tiridates III, hijo del rey asesinado por el padre de San Gregorio, que lo sentencia por practicar la religión y como escarmiento por los crímenes contra su padre. Es enviado a la prisión de Khor Virap “mazmorra profunda” (que actualmente reside como un monasterio impresionante al pie del Monte Ararat) donde vive por más de 30 años en un pozo recibiendo innumerables torturas.

El reino siguió practicando la religión pagana, en este momento cuenta la leyenda que el Rey Tiridates III cayó en una profunda locura de la que nadie lo podía curar. La hermana del rey tiene una visión divina en la cual le revela que el único capaz de curar a su hermano es San Gregorio. Sin muchas opciones, San Gregorio es llevado a la corte donde comienza a instalar imágenes religiosas y a entrar en una profunda oración. Después de poco tiempo el rey sana y maravillado con la fe del santo pide el bautizo para él y toda su corte. La religión católica es instaurada como religión oficial en el año 301 D.C. convirtiéndose así en el primer reino en todo el mundo que adopta el cristianismo como culto de estado. Esto ocurrió antes del Edicto de Milán en 313 D.C. donde se comienza a tolerar el cristianismo en el Imperio Romano.

Los templos paganos fueron convirtiéndose en sitios de adoración católica y muchos de ellos continúan hasta nuestros días. Incluso el calabozo donde fue encarcelado San Gregorio se convirtió en un importante sitio de adoración a las faldas del Monte Ararat.

La Iglesia Armenia comienza un periodo de discernimiento de sus creencias y su tradición. Forma parte de los primeros concilios ecuménicos donde se comienza a decidir el credo y las distintas representaciones de fe. Durante el Concilio de Calcedonia comienza la discusión sobre la verdadera naturaleza de Jesús, muchos afirmaban que solo existía la naturaleza divina en Cristo y no la humana, lo cuál a la postre causa el rompimiento con la tradición católica romana y la que hoy se conoce como Iglesia Armenia. Es importante señalar que en cuanto a doctrina las dos iglesias mantienen muchas similitudes, aunque por su separación hace tantos siglos la tradición ha tomado distintos caminos.

El jefe de la Iglesia Armenia se conoce como el “catholicós” el cual es una figura religiosa y política (en tiempos de inestabilidad). La sede de esta iglesia, se podría comparar a la Ciudad del Vaticano de los católicos. Se encuentra en la ciudad de Vagharshapat, a unos 20 kilómetros de la capital del país, Ereván. A este complejo que incluye una basílica, centros de reunión, monasterios y bibliotecas se le conoce como Etchmiadzin.

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La Iglesia cuenta con más de 6 millones de fieles alrededor del mundo y en Armenia alrededor del 97% de la población se denomina católico armenio. Esto se debe a que en el país se vive una cultura muy ligada a las tradiciones religiosas y sus habitantes viven de una manera muy similar a la que señalan las normas religiosas. El sentimiento de religiosidad es apoyado por la formación y mantenimiento de antiguos monasterios que se encuentran en varios lugares del país. Estos monasterios datan del Siglo VII al Siglo IX, época del mayor auge del cristianismo, así como de los reinos soberanos de Armenia.

Durante gran parte de su historia, estas tierras han estado bajo el poder muchos reinos extranjeros, romanos, persas, otomanos, bizantinos, soviéticos, etc., pero es admirable que a pesar de todas estas dificultades la Iglesia Armenia haya sobrevivido y se mantenga sólida en sus principios y sus tradiciones. Los monasterios son una verdadera belleza no solo por sus estructuras sino por su localización (los monasterios de reclusión se encontraban lejos de las ciudades y de la civilización en general por lo que se encuentran en lugares accidentados y de gran belleza natural).

Desafortunadamente, la religión no pudo hacer mucho con la atrocidad del genocidio realizado entre 1915-1923 de alrededor de 1.5 millones de personas de etnia armenia. La religión sirvió para identificar a los armenios que vivían en los dominios del gobierno otomano (de los jóvenes turcos), ya que se trataba de realizar una limpia racial de todo el este de lo que hoy se conoce como Turquía. Lamentablemente millones de personas fueron asesinados en secreto y obligados a caminar a campos de exclusión con pésimas condiciones y a caminar por el desierto sin agua o comida. Este es un capítulo muy triste en la historia de este extraordinario pueblo que aún intenta sanar las cicatrices de este genocidio. La comunidad internacional todavía no admite la totalidad de los crímenes cometidos, pero ya representa una mancha en los derechos humanos.

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La historia de la Iglesia Armenia es única en el mundo. Su relación con los procesos políticos y sociales del país la hacen de vital importancia para los 4 millones de habitantes y a toda la diáspora armenia que huyó después del genocidio. Hoy en día la Iglesia Armenia tiene representantes en Argentina, México, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Rusia entre muchos otros países. Tiene gran presencia también en el Santo Sepulcro en Jerusalén. El Papá Juan Pablo II y el «catholicós» armenio, firmaron un documento que avala la misma raíz de ambas iglesias.

Armenia es un país fascinante y lleno de historia, es uno de esos países con un sabor diferente a cualquier otro en el mundo. Les recomiendo mucho visitarlo y conocer aún más de su cultura.

Por Andrés Tapia Villa en colaboración con Santiago Maciel Cámara | 15 de Octubre, 2017